¡Buenas tardes, bastante calurosas, queridas socias, amigas y amigos!
Nuestras 16 asistentes, al término del taller. |
El pasado jueves contamos con la grata compañía de la psicóloga Rocío García Tribaldo, especialista en género y psicología positiva, con la cual compartimos una grata formación que nos ayudó a todas las asistentes para, cada vez más, perder el miedo a hablar ante el público.
Este taller se basó en tres puntos esenciales: primero, el control de los nervios, es decir, aceptarlos y regularlos. Segundo, el aprendizaje de una serie de técnicas para expresarnos mejor de manera verbal y no verbal y por último, la realización de una serie de casos prácticos, donde compartimos risas y aprendimos a solucionar conflictos que se nos presentan en nuestro día a día.
Con respecto a la primera parte del taller, lo más importante fue comprender que todas las personas somos buenas comunicadoras ya que, cuando Rocío nos dijo que nos presentáramos y expusiéramos por qué estábamos en el taller y qué esperábamos de él, todas lo hicimos genial. Por lo tanto, a través de esta sencilla actividad nos dimos cuenta que, claramente, se puede hablar sin miedo, alto y claro, pero a veces la mente nos juega malas pasadas. Y es que, concretamente en este punto, la INSEGURIDAD es la protagonista, la que nos hace pensar que, cuando hablamos ante un público determinado, nos están observando, lo vamos a pasar mal, pensamos en que vamos a recibir críticas y evaluaciones negativas, no sabremos comportarnos... es decir, tendremos un rechazo de los oyentes.
Sin embargo, lo principal para lucha contra la inseguridad es el autoconocimiento personal y el aprendizaje, es decir, entender que los nervios son un proceso biológico del ser humano cuando este sale fuera de su zona de confort y que, cuando pasen unos minutos, nos iremos calmando.
Hay que alimentar a nuestra mente de manera positiva, pues si pensamos en ese momento que cada vez nos vamos a poner más nerviosos, al final, llevaremos estos mismos pensamientos a la práctica. En relación a ello, es esencial, por tanto, tener SEGURIDAD, o sea, comprender que nuestro pensamiento es válido y que todas las personas tenemos el derecho de expresarlo igual que el resto, ya que, cuando nos ponemos barreras, estamos poniéndole límites a nuestra propia autenticidad.
Otros sentimientos que salen a colación en nuestros miedos a la comunicación oral son el miedo, la ansiedad y la culpa, pues tendemos a pensar en negativo. ¿Y cómo cambiamos esto? No se utiliza nada de magia... estos sentimientos solo se pueden trabajar mediante la conciencia, frenándolos. En este sentido, la inteligencia emocional es una herramienta que nos permite trabajar dichas emociones, pues nos sirve para identificarlas, comprenderlas y regularlas. En otras palabras, debemos darnos cuenta de esas emociones, comprender que es completamente normal sentirlas y saber que en un rato van a desaparecer.
Además de esta regulación emocional, Rocío nos enseñó una serie de técnicas de comunicación verbal y no verbal para poder mejorar los mensajes que queremos transmitir como la elaboración, estudio y ensayo de la comunicación que vamos a hacer con anterioridad y, muy importante, entender el error no como algo horrible, sino como una oportunidad de mejora, de aprendizaje. Como dijo Rocío: ''tenemos que aprender a relativizar nuestra autoexigencia'', o en otras palabras, permitirnos errar, pues esta es la experiencia que nos enseñará.
Desde una perspectiva de género, también vimos cómo las mujeres son más autoexigentes, dado que parece que tienen que mostrar más en el ámbito social para legitimar su posición o, por otro lado, en la mayoría de los casos somos nosotras las que callamos nuestras opiniones personales en contextos sociales pero, también tenemos que ser conscientes de que esto es fruto de los propios roles y estereotipos de género, los cuales luchamos por deslegitimar y derruir. Respecto a esta idea, también es fundamental trabajar la autoestima y la verbalización positiva, pues aunque estemos pendientes de las opiniones de nuestro alrededor, debemos reflexionar sobre ellas y crear nuestro propio punto de vista, transmitiendo un mensaje positivo, sin enjuiciar a las demás personas.
LO ESENCIAL FINALMENTE ES QUE TRANSMITAS LO QUE TÚ QUIERES DECIR.
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